Entonces Asa invocó al SEÑOR su Dios, y dijo: SEÑOR, no hay nadie más que tú para ayudar en la batalla entre el poderoso y los que no tienen fuerza; ayúdanos, oh SEÑOR Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos y en tu nombre hemos venido contra esta multitud. Oh SEÑOR, tú eres nuestro Dios; que no prevalezca hombre alguno contra ti.
Josafat clamó, y el SEÑOR vino en su ayuda.
Es mejor refugiarse en el SEÑOR que confiar en el hombre. Es mejor refugiarse en el SEÑOR que confiar en príncipes.
El rey no se salva por gran ejército; ni es librado el valiente por la mucha fuerza. Falsa esperanza de victoria es el caballo, ni con su mucha fuerza puede librar.
Nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes.
Sal. 18:39 II Co. 12:10 II Cr.14:11; 18:31 Sal. 118:8,9; 33:16,17 Ef. 6:12,13
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