30 jul 2010

El fruto de la honra!

 
Con el pasar de los años, me he dado cuenta que el honrar a nuestros padres a pesar de lo que sea, da muy buenos frutos. Al principio de mi juventud, cuando leía por leer ese trillado pasaje en la Biblia que dice: “Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios” Éxodo 20:12, no significaba nada para mi, porque veía en mis padres personas que solo tenían defectos y limitaciones y que lo único que hacían era descargar sus frustraciones en mi; y claro, hasta cierto punto hacerme la vida imposible con sus correcciones.

Día a día viví haciendo lo que se me antojaba, sufriendo las consecuencias y sobreviviendo a mi manera, dejando de lado los consejos de mi madre; hasta que un día se me ocurrió buscar en el diccionario la palabra Honrar, siendo su concepto el siguiente: “HONRAR: tr.

Respetar, enaltecer. Dar honor”. (Diccionario de la Lengua Española, Everest Cumbre)
Estas palabras cavaron muy hondo en vida y decidí ver si en realidad lo que dice en Deuteronomio 5:16 era real. “Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.”; y para sorpresa mía, y la de todos, me di cuenta de dos cosas, la primera es que el diccionario es una útil herramienta en las manos de Dios, y la otra, que no hay nada mejor que honrar a nuestros padres.
No es en vano que en el libro de Levítico 19:32 dice “Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová.” Y en el libro de Mateo 15:4 dice “Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente”. Y en Mateo 19:19 dice: “Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa.

Y para terminar en el libro de Efesios 6: 1-3 dice: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra”.

No pretendamos que la vida nos sonría si nuestros padres viven en el abandono, padeciendo hambre y necesidades. No pensemos en darle a Dios y a los pobres lo que es de nuestros padres. No hagamos que las puertas de las bendiciones de Dios sean cerradas por nuestra ignorancia y el desprecio a los que nos dieron la vida y la oportunidad de nacer. No bendigamos a nadie sin antes bendecir a nuestros padres primero, no con lo que nos sobra, sino con lo mejor de lo mejor que el Señor nos ha dado. Y si nuestros padres aparentemente no necesitaran, honrarlos.

Recuerda día a día, que a nuestros padres no se les da limosnas ni sobros; se les honra con amor, respecto, comprensión y sobretodo con nuestro apoyo incondicional.

Honremos a nuestros padres, a pesar de lo que sea (justos o injustos, sabios o imprudentes, amorosos o agresores, interesados o desinteresados, proveedores o despreocupados, con vicios o sin vicios, afectivos o groseros, generosos o tacaños), porque sencillamente son nuestros padres y algún día, nosotros también seremos padres….

Dios les bendiga

Dios te ama

abrazoJesus 
En días pasados conversaba con mi esposa acerca de que la persona que no sabe dar amor es porque no conoce a Dios, y que no hay amor más perfecto que el de Él por nosotros sus hijos.  Esa es la medida del verdadero amor, ya que Él es amor.  ¡La diferencia entre Dios y cualquier otra persona que conozcas, es el amor! Puedes decir: “Tengo un coche”, pero nunca: “Soy un coche”. Del mismo modo, puedes decir: “Tengo amor“, pero nunca: “Soy amor“. ¡Pero Dios sí! ¡Él es amor! ¡Es Su propia esencia!
Él te ama, y lo único que puedes hacer al respecto es aceptarlo o rechazarlo. Ni siquiera intenta explicártelo; aunque lo hiciera, no lo entenderías. Escucha la oración de Pablo:



“…seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios” (Efesios 3:18, 19)






¡Acéptalo de una vez por todas- Dios te ama incondicionalmente! Deja tu mentalidad de “pétalos de flor”:”Me quiere; no me quiere…”. ¡La decisión de Dios por amarte está basada en Él, no en ti! Pablo escribe: “Mas Dios muestra Su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8). Piénsalo; no puedes ganar el amor de Dios, y no lo puedes perder. Sólo puedes aceptarlo, y después pasarlo a otros.
Un día una niña pequeña preguntó a su madre: “Si Jesús vive en mi corazón, ¿crees que si le escribo una nota diciendo: “Te quiero”, y me la trago, Él la leerá?. Su madre sonrió y dijo: “No cariño, la mejor manera de demostrar a Jesús que le quieres es queriendo a otros” ¡Buena respuesta!
“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;
por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él.” 1 Juan 3:1

Las Bendiciones no son solo dinero

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas serán añadidas. Mateo 6:33
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas serán añadidas. Mateo 6:33
Comúnmente creemos que las Bendiciones del Señor son solamente dinero o tienen que ver con él. Creemos que si no hay dinero de por medio, no hay bendición de Dios. O bien, condicionamos al Señor en nuestras oraciones para que solamente nos de dinero.

Lo cierto es que las bendiciones del Señor no tienen que ver con el dinero. Porque el dinero al igual que otros es un fruto del árbol de la bendición. Hay personas que tienen mucho dinero, pero no son bendecidas, y otras que no tienen mucho dinero pero son muy bendecidas.

El problema está cuando solamente queremos dinero y nada más. Es como un amor “santo” al dinero, porque lo queremos para comprarnos alguna ropita, o comprar un carrito nuevo.. ustedes saben… y al final disfrazamos el amor al dinero (pecado) con “santidad”.

Las bendiciones del Señor con muchas, pero son originadas únicamente con obediencia hacia Él. El árbol que las produce se llama Jesús, y sus frutos con muchos, tales como salud, trabajo, fuerzas, protección, larga vida, dones, talentos, familia, esposos(as), proyectos o sueños, padres y hermanos, amigos, dinero, casa; para mencionar algunos..

La pregunta es ¿eres bendecido por Dios hoy?, entonces no seas pobre pidiendo solamente dinero, agradécele todas las cosas que Él ha hecho por ti. “El es galardonador de los que le buscan” Hebreos 11:6.

No te detengas…


“Si te sientes sin fuerzas y no puedes seguir adelante; si la vida perdió su color y todo es gris y negro; si tus manos están tan pesadas que no puedes seguir trabajando”…. entonces sigue adelante y no te detengas. Este es el momento justo para tomar decisiones. Decisiones que cambiaran el rumbo de tu vida.

Si eres de las personas que fundamentan sus fuerzas en las emociones, entonces tendrás una vida muy inestable. Un día estarás arriba en lo alto de la montaña, y al día siguiente estarás debajo del mar.

Pero si eres de las personas que saben que sus fuerzas no provienen de ellas mismas, entonces tendrán nuevas fuerzas todos los días, porque es Dios quien las da.
No te detengas, sigue adelante. Y si necesitas fuerzas, puedes pedirlas en oración. “Los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”. Isaías 40:31.

Orar conforme a su voluntad

“Esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho” 1 de Juan 5:14-15.

Pedir conforme a su voluntad, es pedir bien. Dice la Palabra del Señor que “si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye”. Ahora, ¿como saber si pedimos conforme a su voluntad?

Saber si es su voluntad o no, es una de las preguntas que mas nos hacemos diariamente. ¿Cómo saber si estoy haciendo la voluntad de Él? o ¿Cómo pedir en su voluntad?. Parecen preguntas difíciles verdad, pero solo sabremos si le buscamos sinceramente.

Cuando conoces a alguien muy bien, sabes si lo que le pides es de su agrado o no ¿verdad?, bueno, es igual con el Señor. Si le conocemos y pasamos tiempo con Él, sabremos muy bien que le gusta y que no.

Que desea para nosotros y que no es su voluntad.
Pasemos un buen rato con Él. Escuchemos sus palabras y aprendamos a pedir conforme a su voluntad.

Protégeme como a la niña de tus ojos, Salmo 17


1Oye, oh SEÑOR, una causa justa; atiende a mi clamor;
presta oído a mi oración, que no es de labios engañosos.

2Que mi vindicación venga de tu presencia;
que tus ojos vean con rectitud.

3Tú has probado mi corazón,
me has visitado de noche;
me has puesto a prueba y nada hallaste;
he resuelto que mi boca no peque.

4En cuanto a las obras de los hombres, por la palabra de tus labios
yo me he guardado de las sendas de los violentos.

5Mis pasos se han mantenido firmes en tus senderos.
No han resbalado mis pies.

6Yo te he invocado, oh Dios, porque tú me responderás;
inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.

7Muestra maravillosamente tu misericordia,
tú que salvas a los que se refugian a tu diestra
de los que se levantan contra ellos.

8Guárdame como a la niña de tus ojos;
escóndeme a la sombra de tus alas

9de los impíos que me despojan,
de mis enemigos mortales que me rodean.

10Han cerrado su insensible corazón ;
hablan arrogantemente con su boca.

11Ahora nos han cercado en nuestros pasos;
fijan sus ojos para echarnos por tierra,

12como león que ansía despedazar,
como leoncillo que acecha en los escondrijos.

13Levántate, SEÑOR, sal a su encuentro, derríbalo;
con tu espada libra mi alma del impío,

14de los hombres, con tu mano, oh SEÑOR,
de los hombres del mundo, cuya porción está en esta vida,
y cuyo vientre llenas de tu tesoro;
se llenan de hijos,
y dejan lo que les sobra a sus pequeños.

15En cuanto a mí, en justicia contemplaré tu rostro;
al despertar, me saciaré cuando contemple tu imagen.

Un día alegre

 

¿Qué es en realidad un día alegre?, un día en el cual podamos sentir alegría y gozo; y nuestro rostro sea iluminado por una sonrisa. ¿Qué es necesario para disfrutar un día alegre? o mejor aún, ¿qué se necesita para vivir una vida alegre?

El sentimiento de la alegría es muy traicionero, porque a veces se confunde con emocionalismo. Por ejemplo, hay días que las emociones están al tope, en lo más arriba y de un pronto a otro, se viene al suelo y nos sentimos tristes o molestos sin razón; creando una sensación de “inestabilidad emocional” que suele reflejarse y afectar a los demás.

Sé muy bien, que es muy difícil sonreír y sentir alegría cuando uno está pasando pruebas o momentos difíciles, pero el vivir alegres, es un estilo de vida y no una emoción. El gozo que produce el saber que Jesús va adelante, rodeando nuestra vida con su misericordia, protección y todas aquellas promesas que hemos recibido de Él, crea una sensación y una seguridad, que hace que todo lo externo es pasajero y por eso, siempre hay una sonrisa en nuestra boca.

Como humanos que somos, estamos propensos a sentir alegría solamente el día de pago, o el día de compras, o el cumpleaños, o el día de descanso, o el día del nacimiento de un hijo, o por el ascenso laboral, o por el carro nuevo, en fin, tantas cosas hermosas que pasan a diario, pero esas alegrías duran, lo que dura el momento y nada más.
Existe una fuente inagotable de felicidad, de gozo y alegría, que no se basa en las circunstancias diarias. No tiene límite, y hace que un diario ordinario, sea rotundamente extraordinario. Esa fuente se llama Jesús.
Jesús nos mandó a vivir cada día como si fuere el último, a no preocuparnos por el mañana porque ?cada día trae su propio afán?. A amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, a pedir perdón y a perdonar, a caminar una milla extra y a soñar con lo imposible. A ser pescadores de hombres y ser sus instrumentos para sanar, restaurar y cuidar a sus ovejas; y sobre todo a dedicar cada momento de nuestra vida, a conocer el corazón de nuestro Padre Celestial.
La alegría y la felicidad de tu corazón, va más allá de lo que vemos o sentimos y de las cosas materiales. Porque un verdadero día alegre, es vivir con Jesús en el corazón. “!!Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado!! la Gloria de Dios brilla sobre ti!! Isaías 60:1.

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