¿Qué es en realidad un día alegre?, un día en el cual podamos sentir alegría y gozo; y nuestro rostro sea iluminado por una sonrisa. ¿Qué es necesario para disfrutar un día alegre? o mejor aún, ¿qué se necesita para vivir una vida alegre?
El sentimiento de la alegría es muy traicionero, porque a veces se confunde con emocionalismo. Por ejemplo, hay días que las emociones están al tope, en lo más arriba y de un pronto a otro, se viene al suelo y nos sentimos tristes o molestos sin razón; creando una sensación de “inestabilidad emocional” que suele reflejarse y afectar a los demás.
Sé muy bien, que es muy difícil sonreír y sentir alegría cuando uno está pasando pruebas o momentos difíciles, pero el vivir alegres, es un estilo de vida y no una emoción. El gozo que produce el saber que Jesús va adelante, rodeando nuestra vida con su misericordia, protección y todas aquellas promesas que hemos recibido de Él, crea una sensación y una seguridad, que hace que todo lo externo es pasajero y por eso, siempre hay una sonrisa en nuestra boca.
Como humanos que somos, estamos propensos a sentir alegría solamente el día de pago, o el día de compras, o el cumpleaños, o el día de descanso, o el día del nacimiento de un hijo, o por el ascenso laboral, o por el carro nuevo, en fin, tantas cosas hermosas que pasan a diario, pero esas alegrías duran, lo que dura el momento y nada más.
Existe una fuente inagotable de felicidad, de gozo y alegría, que no se basa en las circunstancias diarias. No tiene límite, y hace que un diario ordinario, sea rotundamente extraordinario. Esa fuente se llama Jesús.
Jesús nos mandó a vivir cada día como si fuere el último, a no preocuparnos por el mañana porque ?cada día trae su propio afán?. A amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, a pedir perdón y a perdonar, a caminar una milla extra y a soñar con lo imposible. A ser pescadores de hombres y ser sus instrumentos para sanar, restaurar y cuidar a sus ovejas; y sobre todo a dedicar cada momento de nuestra vida, a conocer el corazón de nuestro Padre Celestial.
La alegría y la felicidad de tu corazón, va más allá de lo que vemos o sentimos y de las cosas materiales. Porque un verdadero día alegre, es vivir con Jesús en el corazón. “!!Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado!! la Gloria de Dios brilla sobre ti!! Isaías 60:1.
Sé muy bien, que es muy difícil sonreír y sentir alegría cuando uno está pasando pruebas o momentos difíciles, pero el vivir alegres, es un estilo de vida y no una emoción. El gozo que produce el saber que Jesús va adelante, rodeando nuestra vida con su misericordia, protección y todas aquellas promesas que hemos recibido de Él, crea una sensación y una seguridad, que hace que todo lo externo es pasajero y por eso, siempre hay una sonrisa en nuestra boca.
Como humanos que somos, estamos propensos a sentir alegría solamente el día de pago, o el día de compras, o el cumpleaños, o el día de descanso, o el día del nacimiento de un hijo, o por el ascenso laboral, o por el carro nuevo, en fin, tantas cosas hermosas que pasan a diario, pero esas alegrías duran, lo que dura el momento y nada más.
Existe una fuente inagotable de felicidad, de gozo y alegría, que no se basa en las circunstancias diarias. No tiene límite, y hace que un diario ordinario, sea rotundamente extraordinario. Esa fuente se llama Jesús.
Jesús nos mandó a vivir cada día como si fuere el último, a no preocuparnos por el mañana porque ?cada día trae su propio afán?. A amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, a pedir perdón y a perdonar, a caminar una milla extra y a soñar con lo imposible. A ser pescadores de hombres y ser sus instrumentos para sanar, restaurar y cuidar a sus ovejas; y sobre todo a dedicar cada momento de nuestra vida, a conocer el corazón de nuestro Padre Celestial.
La alegría y la felicidad de tu corazón, va más allá de lo que vemos o sentimos y de las cosas materiales. Porque un verdadero día alegre, es vivir con Jesús en el corazón. “!!Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado!! la Gloria de Dios brilla sobre ti!! Isaías 60:1.
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